En este dibujo, se representa un paisaje sereno en una tarde de primavera. En el centro del lienzo, se encuentra un majestuoso roble, cuyas ramas se extienden en todas direcciones, proporcionando sombra y refugio. Las hojas del roble, pintadas con tonos de verde vibrante, dan la sensación de movimiento suave con la brisa primaveral. A su alrededor, flores silvestres de colores brillantes salpican el suelo, añadiendo un toque de vida y color al paisaje.